Una denominada “señal urbana”, realizada en bronce por el artista León Carpman, fue descubierta esta mañana en la esquina de las calles San Luis y Dorrego para celebrar la convivencia pacífica en esta ciudad de las comunidades árabe y judía.
La señal urbana elegida es ganadora del concurso “Un lugar en el mundo”, organizado por la Oficina de Derechos Humanos y la Dirección de Diseño e Imagen Urbana, dependientes de la Secretaría de Cultura municipal. Esa obra elegida, que fue incrustada a ras de la calzada en una esquina de las calles San Luis y Dorrego, reúne en un mismo diseño las letras bet (del alfabeto hebreo) y la letra ba (del alfabeto árabe), las cuales, en cada uno de los idiomas, dan origen a la palabra hogar.
Hacia comienzos del siglo XX, Rosario fue protagonista de uno de los episodios más significativos de su historia: ser el sitio de arribo de miles de hombres y mujeres que, viniendo desde tierras lejanas, llegaron hasta aquí para forjar su sueño de inmigrantes. Fue la calle San Luis -una suerte de Once en la Capital Federal-, origen del comercio mayorista y minorista rosarino, donde se asentaron y construyeron sus moradas sirios, libaneses y judíos oriundos de distintas latitudes. Allí dieron origen a una de las historias de convivencia más plausibles que haya conocido nuestra ciudad, a pesar de los conflictos armados que llenaron de tristeza sus patrias de origen.
A mediados de 2008 la Oficina de Derechos Humanos y la Dirección de Diseño e Imagen Urbana, convocaron a un concurso de ideas para materializar la propuesta de dejar una marca urbana que recuerde a las generaciones futuras ese maravilloso legado. De un conjunto de diez proyectos presentados, el jurado eligió por unanimidad el perteneciente a León Carpman.
Fuente | La Capital